Tu cachorro no se porta mal, solo necesita que lo entiendas.
Si estás hasta las narices de los mordiscos, los ladridos y los consejos de cuñado, esto te interesa.
Vale, hablemos de la realidad de tener un cachorro (esa que no sale en Instagram)
Te lo pintaron bonito, ¿eh?
Y una mierda.
La realidad es que llevas dos semanas sin dormir bien, tu sofá parece un campo de batalla y tu pareja te mira con esa cara de «te lo dije«.
No es solo que el cabroncete se dedique a redecorar tu casa a mordiscos. Es que además:
Y lo mejor viene cuando intentas buscar ayuda:
Venga ya.
Tu cachorro no necesita más amor ni más «NO».
Necesita que le entiendas y le enseñes qué esperas de él.
Mira, voy a ser sincero: esto tiene solución. Pero no con trucos de TikTok ni con consejos de cuñado.
¿Sabes qué es lo mejor de trabajar con cachorros?
Que todavía estás a tiempo de hacer las cosas bien desde el principio.
Durante un mes, tú y otros 9 dueños vais a aprender algo que vale más que mil trucos: vais a entender a vuestro perro.
Y no, no es otro curso donde te enseño a decir «sienta» en tres idiomas.
Esto es diferente:
¿La parte más importante?
Vas a tener que currar.
No porque me guste hacer de profesor exigente, sino porque sé que quieres resultados de verdad. Y los resultados llegan cuando entiendes a tu perro y trabajas con él día a día.
Lo que aprendas aquí no son parches temporales. Es el principio de una relación que va a durar años.
Sobre el ‘NO’ y por qué tu cachorro cada vez la lía más parda
Vale, vamos a hablar de ese ‘NO’ que repites 200 veces al día.
¿Sabes por qué no funciona?
Porque tu perro no habla español.
Ni inglés.
Ni arameo antiguo.
Cada vez que le gritas ‘NO’, lo único que aprende es que estás enfadado. Y como no le das alternativas, ¿sabes qué hace? Espera a que no mires para seguir con sus travesuras.
Es como si yo te hablara en chino y cada vez que no me entendieras, te gritara más fuerte en chino.
No tiene sentido, ¿verdad?
Por eso este curso es diferente. Aquí vas a aprender:
Hay dos tipos de dueños: los que sufren a su perro y los que lo disfrutan
Y la única diferencia entre unos y otros es saber qué hacer en el momento correcto
Te voy a contar algo que pasó el año pasado.
Familia normal. Navidades normales. Regalo… no tan normal: un braco precioso.
El plan era perfecto:
¿Adivinas qué pasó?
Efectivamente: los niños se engancharon a la Play, los padres se quedaron con el marrón, y el braco… bueno, el braco decidió redecorar la casa a su manera.
«Es que no para», me dijeron los padres entre risas nerviosas. «Los niños iban a encargarse», añadieron mirando de reojo a la Play 5.
Pero ojo, que esta historia tiene final feliz.
¿Sabes qué cambió? Que empezaron a trabajar EN SERIO:
Sacaron al perro aunque hiciera un frío de narices
Aprendieron a motivarle (más allá de gritarle NO)
Y sobre todo, empezaron a entenderle
Hoy ese braco es el rey de la casa. Y los padres, que al principio no querían ni oír hablar de perros, ahora presumen de él como si fuera su tercer hijo.
¿La diferencia?
Que se pusieron las pilas a tiempo.
Porque mira, un perro bien educado no es solo que no te destroce la casa.
Es poder tumbarte en el sofá sin estar en tensión. Es pasear sin acabar en urgencias por un tirón. Es, en definitiva, disfrutar de tu perro en vez de estresarte con él.
La pregunta es: ¿tú qué prefieres? ¿Seguir improvisando o empezar a hacer las cosas bien?
Vale, vamos a resolver todas tus dudas
1. «¿Y si no puedo conectarme a las clases en directo?»
Tranqui, todo queda grabado. Y no, no son esas grabaciones que ves una vez y te quedas igual. Podrás revisarlas todas las veces que necesites, cuando te venga bien.
2. «¿Esto funciona con cualquier raza?»
Sí. Da igual si tienes un Chihuahua con complejo de Rottweiler o un Pastor Alemán que se cree gato. Los principios son los mismos, lo que cambia es cómo los aplicamos a tu caso concreto.
3. «Mi perro es más cabezón que una mula… ¿Esto funcionará?»
Mejor. Los perros con carácter son los más divertidos de educar. Y cuando aprendes a canalizarlo bien, son los que más satisfacciones te dan.
4. «¿Cuánto tiempo necesito dedicarle?»
Las clases son de un DEPENDE como una catedral, sólo te digo que no hay prisa y todos los alumnos van a participar, y los ejercicios te llevarán unos 15-20 minutos al día. Si no tienes ese tiempo, mejor ni te apuntes. En serio, esto requiere compromiso.
5. «¿Por qué necesito una llamada antes? ¿No puedo apuntarme directamente?»
Porque no quiero tu dinero si no puedo ayudarte. En la llamada veremos si esto es para ti y si estás ready para currártelo. Simple.
6. «¿Y si tengo dudas entre clases?»
Para eso está el grupo de WhatsApp. Yo respondo personalmente (sí, soy yo, no un bot), y además aprendes de las dudas de otros. Win-win.
7. «¿Qué pasa si no me convence?»
Mira, seré directo: si no estás convencido después de la llamada, mejor no te apuntes. Prefiero decírtelo ahora que después de haber pagado.
8. «¿Es como esos cursos donde solo te dan teoría?»
Ni de coña. Aquí vas a trabajar, grabar vídeos, recibir feedback… Es práctico hasta decir basta. La teoría sin práctica es como un perro sin chuches: no tiene sentido.
¿Listo para dejar de improvisar con tu cachorro?
Mira, tu perro está deseando aprender. Solo necesita que alguien le enseñe (y que ese alguien sepa lo que hace).
Este curso no es para todo el mundo. Es para gente que quiere resultados y está dispuesta a trabajar por ellos.
Si eres de los que busca soluciones mágicas o trucos rápidos, mejor sigue mirando en YouTube.
Pero si quieres hacer las cosas bien desde el principio…